Como todos sabemos, es bien
cierto que en la sociedad de hoy en día hay ciertos valores que brillan por su
ausencia. Quizás sea por la sociedad de consumo en la que vivimos, en la que se
da mucha más importancia a lo material que al resto de aspectos de la vida.
Suele achacarse a los jóvenes el hecho de ser menos respetuosos, más mimados y
caprichosos que los de generaciones anteriores pero el caso es que la falta de
civismo no es endémica de nuestra juventud.
Pondré como ejemplo un caso
cotidiano, hay ciertas ocasiones, cuando voy en guagua, en las que esta está
abarrotada de gente y hay alguna persona mayor que no encuentra asiento, o una
mujer embarazada o con niños. ¿Qué es lo lógico en estos casos? Levantarse,
pero la realidad es que nadie lo hace o quizás, de vez en cuando alguna que
otra persona (cosa que no es muy normal). Y no se levantan ni jóvenes ni
mayores, así que esto me es suficiente para afirmar que la falta de civismo y
de valores está arraigada en todos los sectores de la sociedad, no
exclusivamente en la juventud.
Podemos también encontrar más
casos en los que se muestre la falta de valores. Pongamos la vista en las
Cámaras de Gobierno, Senado y Congreso, en las que senadores y diputados de los
diversos grupos se lanzan pullas y calumnias con el simple objetivo de degradar
la imagen del otro ante los ciudadanos. No hablemos de cuando también se niegan
a recortarse el sueldo en momentos en los que se hace necesario el ahorro
público, y cuando éste está siendo a costa de los ciudadanos. Esto muestra
claramente una ausencia de los valores que todo político justo, y ser humano en
general, debería tener.
Incluso en la esfera deportiva,
son visibles muchos actos que van no solo contra la moral per se sino también
contra la integridad física. Muchas de las faltas cometidas en fútbol suelen
ser antideportivas, además, algunas son aderezadas con un poco de chulería del
jugador lo que le conlleva como recompensa una tarjeta roja. Esta situación,
por otra parte, tiene repercusiones fuera del campo deportivo ya que estos
deportistas suelen tener muchos aficionados, entre ellos niños, fácilmente
influenciables y que tienden a imitar la conducta de sus ídolos. De esta
manera el deporte puede contribuir a
ampliar el hueco que la falta de valores abre en la moral de nuestra sociedad.
De todos modos no es todo tan
negativo en el ámbito deportivo, ciertos deportistas, como Rafael Nadal, son la
excepción a la norma. Con su carácter austero y disciplinado, contribuye de
manera positiva a nuestra sociedad ya que, al igual que otros deportistas,
tiene gran cantidad de admiradores, entre ellos también niños que ven en él un
modelo de conducta. Así el deporte también puede ayudar a recuperar los valores
en nuestra sociedad.
Desde esta perspectiva que
propongo, podemos observar que la falta de valores no es exclusiva de los
jóvenes sino que se extiende también al resto de sectores de la sociedad. Pese
a esto, no está todo perdido.
Por XXL94